La Policía mata como parte de su función social


| Por: Gearóid Ó Loingsigh |

El asesinato de Javier Ordoñez en el barrio Villa Luz a manos de dos policías pone de relieve el tema de la violencia policial y su función en la sociedad. Primero debemos de tener claro que estamos hablando de un asesinato, no de un accidente. Le dieron tantas veces con el Taser, que era previsible que lo mataran. Segundo no violaron su deber ni actuaron en contra de su entrenamiento, todo lo contrario, por mucho que les disguste a esos que creen que es una institución con apenas unas manzanas podridas.

En los EE.UU. el papel de la policía y el asesinato desproporcionado de gente negra ha torcido el debate y se presenta como un tema que tiene que ver sólo con el racismo, aun cuando las víctimas son blancas o los policías son negros. Lo cierto es que en los EE.UU. la policía mata a más negros que blancos como porcentaje de la población, pero aun así sigue matando a blancos. Lo que tienen en común la mayoría de los blancos y negros que mueren a manos de Policía es su clase social.

Ahora en Colombia, la Policía asesina a un hombre de 46 años en el barrio Villa Luz en Bogotá. Un abogado e ingeniero que trabajaba como taxista ¿Cómo explicamos este hecho a la luz del discurso de las Vidas Negras Importan? La realidad es que no podemos. Existe el racismo en la Policía, eso es cierto y es un factor muy importante a la hora de actuar, eso también es cierto. Empero, las fuerzas policiales son lo mismo en todo el mundo, tanto en los EE.UU. como en Colombia y otras partes.

Una de las fuerzas policiales más problemáticas es la de Sudáfrica, fuerza de policía negra de un gobierno negro, pero aun así represiva, o la de Rusia, blanca y oprime a otros blancos. Ahora nos toca ver cómo es que la Policía de Bogotá no sólo asesina a jóvenes en manifestaciones como ocurrió el año pasado con Dilan Cruz sino como es que electrocutan a sangre fría en un barrio de Bogotá. Debemos tener claro que no es la primera vez que matan, ni será la última vez, sin embargo, las circunstancias del asesinato son tales que podemos discutirlo sin las excusas de siempre de los tombos y la socialdemocracia.

Por ejemplo Amnistía Internacional reporta varios casos de violencia policial. Según esta organización:

·         En 2019, la policía de Río de Janeiro (Brasil) mató 1.810 personas, una media de cinco al día.
·         En 2019, a policía de Kenia mató a 122 personas.
·         De octubre de 2019 a enero de 2020, la policía de Irak mató a unos 600 personas
·         De 2015 a 2018, más de 500 personas murieron en Jamaica por disparos de la policía que también disparó e hirió a más de 300.
·         Unas 1.000 personas mueren cada año a manos de la policía en Estados Unidos[1]

Es obvio por esta corta lista, que en unos casos el racismo es un factor, Brasil y los EE.UU. y en otros países no lo es. Así la violencia policial no se explica en términos de racismo, aunque el racismo existe e influye en su actuación. La verdadera explicación tiene que ver con su función social, algo que la socialdemocracia colombiana entregada al proceso de paz no quieren reconocer.

La Policía no es una fuerza neutral, representa el brazo armado y represivo de la burguesía. Además en todo el mundo los programas de entrenamiento son muy parecidos, con algunas diferencias respecto a ciertos procedimientos menores. Si vemos torturas en todo el mundo, asesinatos en todo el mundo, represión de huelgas en todo el mundo eso no se puede explicar con el discurso de las manzanas podridas, tampoco tiene explicación con el discurso barato de reformar a las fuerzas policiales. No estamos en contra de reformas ni en poner límites legales, morales ni sociales a la Policía. Pero el problema es uno de fondo.

El Tiempo reportó el asesinato con un titular Protestas y vandalismo tras muerte en caso de brutalidad policial.[2] El titular es engañoso. Protestas sí hubo, pero no se puede describir como vandalismo lo que hicieron, sino que es el pueblo expresando su rabia y tampoco es un caso de muerte en caso de brutalidad policial, sino el asesinato a manos de la Policía.

Los jóvenes que han tenido que sufrir la represión, y negligencia del Estado durante el confinamiento por el Covid-19 expresan su justificada rabia ante otro caso de miles de abusos de los lacayos del gobierno. Las protestas se extendieron por toda la ciudad de Bogotá a barrios bien lejanos física y socialmente de Villa Luz, hasta en la Soledad hubo protestas. También se extendieron a otras ciudades, quemando CAIs en varias partes. Antes de que nos lleguen las suplicas del Polo Democrático y demás, debemos tener claro que los que queman los CAIs no son criminales, los criminales son los que se encuentran en los CAIs, los Policías, todos, sin excepciones, pues la Policía Nacional es una pandilla organizada al servicio del Estado y sus políticas represivas.

No estamos ante un asesinato aislado, estamos ante un hecho donde la Policía cumple con su función social, que les guste o no a nuestros pazólogos y congresistas del Polo. No conozco a Javier Ordoñez pero me provoca profunda tristeza su muerte, y a la vez me provoca una alegría inmensa ver a los jóvenes expresar su rabia e indignación ante su asesinato.

Jóvenes quemando los CAIs, ¡no escuchen a los congresistas, no escuchen a las voces razonables!, eso no fue un accidente, eso no fue un uso excesivo de fuerza, eso fue la Policía haciendo y cumpliendo con su deber mandado por el mismo Congreso, la Alcaldía; cuando quemaron los CAIs, Uds. quemaron al lugar de trabajo de sus enemigos mortales de clase. No se dejen engañar, ellos lo asesinaron y Uds. expresaron una rabia justificada.