Desde el jardín


 La obra –y la película– señalan, podríamos decir que casi proféticamente, cómo un idiota puede llegar a ser presidente si cuenta con la estructura secreta, críptica, casi que “mesiánica”, de apoyo –empresarial, partidista, religioso, militar y hasta paramilitar– y si publicitaria y mediáticamente se direcciona el gusto y el interés de unos insulsos y manipulables electores…


| Por Julio César Carrión Castro* |

 

Cómo un idiota puede llegar a ser presidente...

 

–Una extraña premonición–

 

Jerzy Kosinski, escritor nacido en Polonia en 1933 y radicado en los Estados Unidos, publicó en el año de 1970 una breve novela llamada “Desde el jardín”, que tiene como personaje central a Mister Chanse, un ignaro jardinero que ha pasado su vida comprometido tan sólo con su oficio, apartado del mundo, careciendo de amigos, de familiares y hasta de documentos de identidad, teniendo como único contacto con el exterior del caserón que habita, un viejo aparato de televisión gracias al cual puede enterarse vagamente de los aconteceres diarios. Pero un día, luego de la muerte del “Anciano”, su patrón –una especie de rancio aristócrata empobrecido y llegado a menos– tiene que abandonar la mansión, ya que ésta entra en un juicio de sucesión o de embargo, por parte de una prestigiosa firma de abogados, entonces Chance se ve compelido a enfrentarse al mundo real, que por supuesto desconoce. Al salir a la calle, a ese mundo exterior desconocido, es atropellado por un lujoso vehículo que es ocupado por una elegante mujer que resulta ser la esposa de un magnate, alto dignatario de la política estadounidense. Dicha mujer se encarga de cuidarle y brindarle todas las atenciones médicas requeridas e incluso le convierte, primero en invitado permanente y, luego, en su amante. Gracias a todo ello el zafio jardinero logra codearse con la “crema y nata” del mundillo político y empresarial norteamericano. La novelita fue llevada al cine en el año de 1979 habiendo sido el mismo Kosinski el encargado de escribir el guion de la película que protagonizó magistralmente Peter Sellers.

 

Kosinski nos muestra en detalle cómo este iletrado, simple y tosco personaje tiene que vérselas con un mundo extraño, desafiante, competitivo, cargado de procedimientos, maneras, actuaciones y simulaciones, para lo que no está preparado el ignorante jardinero que, no obstante su rusticidad, llega a alcanzar las más altas esferas del poder, gracias a la “sencillez” de sus discursos y, sin insidias, sin asechanzas, sin conspiraciones ni buscando engañar a nadie; hablando exclusivamente de lo que sabía, de los cuidados básicos para el mantenimiento de un jardín, (esto es, de las condiciones del suelo, del aire, del clima, del tiempo, de las estaciones, de las malas hierbas, de los insectos, de los abonos, del riego, de los herbicidas, de las flores, etc.) Chance logra, no sólo adaptarse a ese medio social tan exclusivo, sino que llega a ser considerado por los altos círculos sociales y medios de comunicación, como un intelectual enigmático, un guía, un mentor espiritual, una especie de gurú, ya que su escaso lenguaje, sus carencias idiomáticas e intelectuales, son percibidas por dichos empresarios, políticos y académicos, que rodean la Casa Blanca, como extraordinarios recursos metafóricos empleados por un ser dotado de gran sapiencia y perspectiva política, por lo cual lo convierten en el más socorrido analista de las condiciones políticas, económicas y sociales de los Estados Unidos, llegando a convertirse incluso en el más serio asesor presidencial y, luego, eventualmente, a aspirar a la misma jefatura del Estado, ante la ausencia o el fallecimiento del Presidente –el autor al final de la obra nos deja, como con asombro, entrever esa posibilidad.

 

Kosinski establece claramente al comienzo de la novela, que su obra es enteramente especulativa e imaginaria al decir: “Esta es una obra de ficción y sus personajes y situaciones son completamente imaginarios. Cualquier similitud con personajes o situaciones del pasado o del presente es puramente accidental, y no se los debe identificar con ninguna persona o hechos reales”. A pesar de dicha advertencia, dadas las características de muchos de los gobernantes actuales, dicha posibilidad ya no nos resulta tan ficticia, simplemente literaria o remota, sino que constituye una cruda realidad presente en la geopolítica contemporánea…

 

La obra –y la película– señalan, podríamos decir que casi proféticamente, cómo un idiota puede llegar a ser presidente si cuenta con la estructura secreta, críptica, casi que “mesiánica”, de apoyo –empresarial, partidista, religioso, militar y hasta paramilitar– y si publicitaria y mediáticamente se direcciona el gusto y el interés de unos insulsos y manipulables electores…

 

...Profecía plenamente cumplida en Colombia...

 

(*) Universidad del Tolima Universidad del Tolima

 

Edición 704 – Semana del 17 al 23 de octubre de 2020

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