Mabel Torres y José Martí: combatir la hybris del eurocentrismo


| Por Nicolás Ramón Contreras Hernández | 

La alharaca y aquelarre de fariseos, surgidos a raíz de un artículo de Pablo Correa, un médico fracasado que funge como periodista "científico" del diario El Espectador de Bogotá, en donde pone en duda la validez científica y ética del trabajo profesional de la hermosa científica chocoana Mabel Torres, el 10 de enero de 2020, y la velocidad mostrada por dos asociaciones médicas que la W tituló como sí se tratara de muchas, antes que un preocupado debate "científico" por las "graves" faltas a la bioética y al estatuto de la ciencia, en que pudo incurrir nuestra mujer de ciencia, no fue un incidente originado en preocupaciones científicas.

Tampoco es un debate exclusivamente epistemológico en sus motivaciones profundas, aunque sí en sus implicaciones ontológicas sobre ciencia y saber, que buscó por debajo de cuerdas, castigar a la primera ministra de Ciencia y tecnología de la historia administrativa de Colombia, por sus lapidarias declaraciones en contra del fracking, que jamás los fariseos de las asociaciones médicas, le han planteado - por ejemplo- al ministro del medio ambiente, Ricardo Lozano por su falta de postura científica frente al fracking y el venenoso glifosato; ni mucho menos a la ministra de Minas y energía María Fernanda Suárez, furibunda partidaria del fracking y el glifosato, tambien en el gabinete ministerial actual.

Tampoco es esencialmente racial la motivación del trabajo de desprestigio contra la Ministra Torres que representa el saber del movimiento afro y de nuestras mujeres, ni mucho menos que sea la labor en solitario de meses de pesquisas del señor Correa, por el contrario, fue el trabajo de todo un equipo que busca aquietar a una personalidad insobornable que los denuncia sin medias tintas, como promotores de la destrucción ambiental, a nombre de los cabilderos de las multinacionales mineras y el sector misógino y fanático del uribismo, afectados por la voz de Mabel Torres en contra de la fracturación hidráulica:

Sí el asunto fuera racial cien por ciento, ¿cómo así que a Gilberto Murillo, que llegó a defender la explotación minera en el Páramo de Santurbán, cuando fue ministro de minas y energía del gobierno Santos, jamás lo tocaron ambientalistas y gremios “científicos” en la prensa por lo que dijo, sostuvo y apoyó? Es más, sí fuera cierto que Pablo Correa actúo solo, estamos ya no ante un ejemplar anacrónico del Positivismo ingenuo del siglo pasado, sino ante un auténtico clarividente...!O un brujo con una intuición periodística gigante! ¡De miedo!

Ahora, las lecturas bajo un análisis crítico del discurso como el propuesto por Teun Van Dijk; o ekobios y ekobias de la diáspora como Rafael Pereachalá Alumá, Jhonmer Hinestroza Ramírez, Francisco Adelmo Asprilla Mosquera, Laura Asprilla Hincapié, quien sí es médico exitosa y aspirante a magister en Health Data Analytics - análisis de datos de la Salud- de la Universidad de Leeds, en el Reino Unido, sí nos permiten hacer una lectura detallada de cómo el racismo académico, el clasismo y la misoginia, a raíz del artículo de marras, detonaron una atmósfera pseudoepistemológica de indignación que demuestra el atraso gnoseológico, de nuestra mal llamada academia "científica" nacional.

Primero, demuestra la gavilla de opinadores con títulos pomposos que se sumaron al debate como el señor Mauricio García Villegas - del observatorio Dejusticia de Rodrigo Uprimny - devenido en De (IN) justicia, por los argumentos tan disparatados, aportados sobre un tema que no domina, olvida que a nivel epistemológico, la Biología es la Ciencia y no la medicina, la cual, en el campo de la taxonomía científica, según el manual más básico de Mario Bunge, representante de un Positivista informado, es una técnica aplicada de los saberes de la Biología. Más aún, Mabel no se impacientó, simplemente hace uso de la experimentación con un suplemento alimenticio, no con una molécula bioquímica, procedimiento no dañino a diferencia de la radiación, como lo señala Asprilla Hincapié.

Segundo, en Estados Unidos, hay médicos que le explican al paciente y a su familia, ante enfermedades nuevas o sin cura comprobada que la posibilidad es arriesgarse en tratamientos que se están experimentando. Es más, muchas de las medicinas que ofertan las EPS, en Estados Unidos y la Unión Europea están proscritas, como sucede con la gama de los Dristrán ultra pues los "efectos secundarios", como en la mayoría de los opiáceos que muchos de ellos siguen recomendando, pueden causar no sólo adicción y depresión, sino infartos, como el que acabó con la vida del famoso cantante de champeta, Sergio Liñán Meza, más conocido como El afinaito en el mundo picotero:

Tercero: ¿Cuántas veces se han tomado el trabajo estas ligas de científicos epistemológicamente desinformados, de sacar comunicados en contra de estas farmaceúticas? ¿Atacar a una científica que enfrenta a las multinacionales farmacéuticas con tratamientos alternativos no da plata ni réditos políticos, como sucede con la propuesta de medicinas ancestrales que estudia Mabel Torres? ¿Sí sabrán estos genios de nada, que muchas de las medicinas que los textos escolares, acreditan a Mutis, Humboldt, o Linneo, no fueron más que plagios a esos saberes ancestrales que ellos tanto desprecian?

Cuarto: dan a entender nuestros desinformados científicos y opinadores y periodistas "científicos" como García Villegas, Correa y su kombo, que jamás han leído ni filosofado acerca de las implicaciones de los hallazgos de la teoría general de la relatividad y de la mecánica cuántica, como el hallazgo del quark, el antiquark y en fin la antimateria, los cuales sustentaron por ejemplo, las conclusiones de Erwin Schröedinger, sobre el dilema del gato vivo/muerto; o de la elección cuántica de Ernest Bohm, o de Luis de Broglie, quienes llegaron a coincidir en que el punto de vista del observador es capaz de determinar la realidad.

Estas conclusiones compartidas por Einstein, fueron determinantes para que a partir del siglo pasado, Carl Jung, Jürgen Habermass y Michel Foucault, plantearan las bases de eso que se llama fenomenología y que en el pensamiento eurocéntrico que ellos demuestran no manejar, hace parte de metodología de la investigación inscritas en los paradigmas cualitativos. Por lo tanto, no son asunto nada más de las ciencias "blandas", sino de las llamadas ciencias duras que también fundamentan, la producción de teoría para doctorar una tesis. Me pregunto:

¿Se hacen los pendejos, estos pseudocientíficos, pensando que todos los colombianos están en el mismo nivel de los 8 millones que eligieron a Iván Duque, quien pretende lavar la cara de su gobierno con una figura como Mabel Torres, personalidad con mucho más prestigio que todos ellos juntos? Llama la atención que en los dos reportajes de desprestigio que publicó El Espectador: "La ministra de Ciencias que se apartó de la ciencia" y "La ministra de ciencia y su dudosa promesa contra el cáncer", se evitó mencionar que su tesis doctoral fue laureada, y que ganó el prestigioso premio L'Oreal,de la ONU para las mujeres que hacen ciencia, intentando poner en duda cada trabajo de Mabel Torres.

Quinto: ignoran los miembros de esta jauría pseudocientífica, que la Ciencia occidental no es la única forma de conocer y de conocimiento, que desde los tiempos de Humberto Maturana, Boaventura de Soussa Santos, se habla por ejemplo de las Epistemologías del Sur, de las Pedagogías decoloniales y Críticas, recopiladas por Catherine Walsh; y reflexionadas por Miguel Ángel Maldonado García.

Siguen pensando esto académicos andinos en el sueño de la Arcadia paramuna, olvidando que los saberes occidentales, surgieron del Egipto de la Negritud del cual se apropiaron filosofía y matemática, persoajes como Pitágoras, tal como lo demuestran los trabajos de Eugenio Nkogo y Cheik Anta Diopp, el físico y antropólogo de Senegal, quien aplicó de manera rupturista, el método de datación por Carbono 14, según me aclara Arleison Arcos Rivas.

Correa, García Villegas y su kombo, debieran leer un texto como "Botánica Indígena" de Florentino Vezga, para que conozca el origen real de las medicinas de los siglos XIX y XX que se atribuyeron sin un ápice de ética Mutis y Fermín de Vargas, quien despojó al Negro Pío, del descubrimiento de la Quina y del Guaco, equivalentes hoy día, a descubrir la cura para la malaria. Con estos hallazgos del saber ancetral Europa pudo curar el mal de rabia, cuando aquí ya era solución cotidiana.

Allí podrían encontrar el proceso científico de Aristóteles y Bacon: observar atentamente, experimentar, comparar, aplicar y sacar conclusiones.Es bueno recordarle al señor Correa, que en la ciencia no vale la cantidad de publicaciones sino la calidad del hallazgo y eficacia de la solución, como hizo el Negro Pío. Valga la ocasión, para proponerle a nuestra ministra de Ciencias y Tecnología, hacer la diligencia que le restituya al Negro Pío, un formidable hombre de ciencia esclavizado, los méritos científicos robados por la farmacopea y la ciencia, europeas.

Bien informado sobre estos despojos, José Martí enfrentó a la soberbia europea del otro lado del mar y a sus repelentes recitadores de acá con esta reflexión: "No hay batalla entre la civilización y la barbarie sino entre la falsa erudición y la barbarie" (Galeano, 2006, p. 286). Castro-Gómez (2005), ayuda a entender y explicar toda este matoneo epistémico, en su obra "La Hybris del punto cero: ciencia, raza e ilustración en la Nueva Granada (1750-1816)":

[...]La hybris supone entonces el desconocimiento de la espacialidad y es por ello un sinónimo de arrogancia y desmesura. Al pretender carecer de un lugar de enunciación y traducción, los pensadores criollos de la Nueva Granada serían culpables del pecado de la hybris. Un pecado que luego, en el siglo xix, quedaría institucionalizado en el proyecto criollo del Estado nacional (Castro-Gómez, 2005, p. 19).Señores del eurocentrismo andino, dejen la soberbia, que en el Chocó y en el Caribe también se puede hacer ciencia.
Algunas Referencias:

Anta Diopp, Cheik (1989). Black origin of civilization: Myth or reality. London: Cook editorial.

Asprilla Hincapié, Laura (2020). Ancestralidad: ¿un conocimiento de charlatanes? En Revista Semana versión digital. Recuperada el 22 de enero de 220 de: https://www.semana.com/…/analisis-ministra-de-cienc…/648772…

Castro-Gómez, Santiago (2005). La hybris del punto cero: ciencia, raza e ilustración en la Nueva Granada (1750-1816) / Santiago Castro-Gómez. -- 1a ed. -- Bogotá: Editorial Pontificia Universidad Javeriana.

Galeano, Eduardo (2006). Memorias del fuego. Tomo II. Las caras y las máscaras. Buenos Aíres: Siglo XXI Editores.

Miguel Ángel (2007). Pedagogías críticas. Europa, América Latina, Norteamérica. Bogotá: editorial Magisterio.

Melo, Jorge Orlando (1984). Reportajes de la Historia de Colombia. Tomo II.
Bogotá: Planeta.

Nkogo, Eugenio (2007). Síntesis sistemática de la filosofía africana. Barcelona: editorial Carenas.

Vezga, F. (1936). Botánica indígena. Bogotá: Minerva.

Van Dijk, Teun (2009). Discurso y poder. Contribuciones a los estudios críticos del discurso. Barcelona: editorial Gedisa.