En el nombre del Diablo, si la vida es el infierno, ¿Cuál es el bien…?


| Por: Luis Orlando Ávila Hernández* |

El surgimiento de los gobiernos de la derecha y la ultraderecha mundial (USA, Francia, Holanda, Suiza, Reino Unido, Filipinas, Israel, Italia, Polonia, Egipto, Argentina, Ecuador, Chile, Perú, Brasil y Colombia, para solo citar ejemplos deplorables) ha ido de la mano del renacer del fundamentalismo religioso exclusivamente basado en el monoteísmo cristiano, o en lo que nos venden como tal.

El Tolima e Ibagué, para no citar ejemplos más deplorables a nivel nacional, no han sido la excepción.

En su totalidad los, les y las candidatas de hoy a la Gobernación, la alcaldía de Ibagué, las alcaldías de los 46 municipios o a sus pequeños cenáculos que se hacen llamar Asambleas o Concejos, guardan un paralelismo con el auge mundial de Cristo como estandarte de lo puro, blanco, no indígena, no negro, no inmigrante y por tanto nacionalista, predeterminado, predestinado e incontaminado.

Sus cajas de resonancia, que en otras campañas o gestas bursátiles se les llamarían campaneros, los medios de comunicación proclives, a diario les amplifican pre y pos pago su mesianismo de marca registrada en todos los tamaños, envolturas o, si llegase el caso, en motosierras.

El solo espectáculo diario de verles, leerles u oírles en su esforzado discurso de vendernos su “idea” del bien que nos significaría su gobierno de cruzados, haría avergonzar de ignorancia creativa hasta los mejores libretistas de la serie mexicana de la “Rosa de Guadalupe”, que ya es mucho decir.

Solo que la momentánea leve brisa que les mecería su blanda cabellera, ante su mediática declarada sacra voluntad de gobernar, seria proporcional a nuestro recóndito grado de idiotez.

Pero para reducir esta proporción al 1:1, el ideal electorero, o justa proporción al decir que dijo el primero de los pedófilos expresidentes colombianos, están el partido de los medios, el partido de los académicos, el partido de la justicia y en su renacer, el partido de los gremios.  O sea los neo partidos.

Es decir de la mano de liberales, casi liberales, medio liberales, un cuarto de liberales, de godos al 100%, de conservadores, de los cambio radical, de los de la U, del MIRA, de los Verdes sin ton ni son como son, de la pléyade de franquicias de cristianos, del RENACER de la godarria tolimense, de su antípoda la otra pléyade de colombias justas y solidarias, incluso del abominable MOIR, de su par el tenebroso Centro Democrático y quien lo creyera, de las izquierdas de puestos, incluido uno que otro comunista de subterfugios manzanillos en el patológico ansia que no le nieguen un saludo, atentos y prestos siempre estarán los neo partidos reductores de proporción, para eternizarles el “bien” de su presencia en esta tierra de volcanes e históricas guerrillas.

Pero, ¿Y dónde al menos un, une o una candidata de la Pata Sola, del Mohán, de la Llorona, de la Madre Monte, delFraile sin cabeza del túnel de Belén a la antigua Brigada, del Mandingas o del mismísimo internacional viral señorDiablo?

Nada es gratis en esta vida, nos dirán, ni siquiera la humilde súplica de un poco de maldad electoral.

Y en coro junto a los neo partidos, como los neo nazis criollos,  nos repetirán que si en búsqueda del electoral “bien” mesiánico judío y cristiano, entre el Estado del Tolima y en la Villa de Ibagué en cita de lo menos deplorable de la geografía nacional, ostentamos como nación conjuntamente 8 millones de desplazados, 175 mil muertos del conflicto social y armado, 30 mil desaparecidos, 18 millones de pobres, 9 millones de indigentes y un creciente medio millar de líderes y excombatientes guerrilleros asesinados, ¿Qué más pedimos?

Desagradecidos que somos, nos repetirán, en su bondad electorera.

¿Pero y si un poco de maldad electoral o de la que fuese, se nos brindara, entre tanto Ángel virtual electoral?  

Hasta de pronto se nos olvidaría el seguirnos matándonos a nombre de la Fe cristiana, a toda hora fornicaríamos entre iguales y a la vez entre desiguales, el ideal griego que sepultó el cristianismo, y de paso sabríamos bajo nuestra razonable maldad, a ciencia cierta por qué a los expresidentes colombianos les gusta violar a las periodistas o ir a fiestear sexualmente con niñas de 10 años en una paradisiaca isla de las Bahamas.
En 1939, hace 80 años, uno de los últimos cristianos más inteligentes que existió, don Enrique Santos Discépolo, nos ahorró la pensadera, solo que aún no le escuchamos por estar votando al “bien”:

…¡Dios! busco tu nombre...
…¿Lo que aprendí de tu mano
no sirve para vivir?
Yo siento que mi fe se tambalea,
que la gente mala, vive
¡Dios! mejor que yo...

Si la vida es el infierno
y el honrao vive entre lágrimas,
¿cuál es el bien...
del que lucha en nombre tuyo,
limpio, puro?... ¿para qué?...
Si hoy la infamia da el sendero
y el amor mata en tu nombre,
¡Dios!, lo que has besao...
El seguirte es dar ventaja
y el amarte sucumbir al mal...

Tormenta, Tango 1939, Música: Enrique Santos Discépolo, Letra: Enrique Santos Discépolo,versiones de Mario Pomar, Floreal Ruiz y Ernesto Famá.

(*) Ingeniero agrónomo, propietario de la ex Tienda Cultural La Guacharaca