El comité central conspirativo colombiano



|Por  Alberto Pinzón Sánchez|

En 1976, cuando Gonzalo Sánchez Gómez era un simple profesor de historia de la Universidad Nacional de Bogotá y, todavía las mieles de la burocracia oficial no lo habían siquiera untado, publicó el resultado de una interesante, sugestiva y bien documentada investigación combinada de escritorio y terreno, sobre su pueblo natal El Líbano Tolima, titulada “Los Bolcheviques del Líbano”.

Donde “contextualizando de manera general” el episodio de la rebelión obrero campesina y popular ocurrida a finales de Julio de 1929, especialmente el norte del Tolima y  en lo que él llama “el triángulo Puerto Wilches, San Vicente de Chucurí y Barranca Bermeja en el departamento comunero”, puso por primera vez luz sobre un episodio trascendental en la historia popular de Colombia, que hasta entonces había sido ignorado, menospreciado, ridiculizado, perseguido, deformado, ocultado y, sobre todo olvidado:

El primer episodio de lo que Gramsci denominó “Guerra de Movimientos”, es decir el primer ataque frontal de tipo insurreccional contra el Poder del Estado para tomarlo y   transformarlo radicalmente según un ideario socialista, realizado por el pueblo trabajador (no solo explotado sino también oprimido) por el gamonalismo económico, político y religioso de terratenientes, comerciantes e industriales y nuncios apostólicos, dueños en bloque del Poder en la Colombia de la hegemonía conservadora y de la Ley Heroica contrainsurgente bipartidista de Abadía- Rengifo, en esos años de crisis mundial:

Una especie de “Comuna de Paris de 1871 en Colombia; ambiciosa revolución para tomarse el cielo por asalto, que por multiples razones, algunas de ellas analizadas por Sánchez Gómez en el libro en comento, terminó en una experiencia amarga y en la trágica toma militar de una aldea colombiana, prolongada en algunas otras del territorio comunero, como una simple asonada armada y que llevó por el camino del Carare a sus fugitivos participantes hasta el pueblito de Vélez.  

Al final del libro (que no dudo en recomendar como lectura básica para la reconstrucción de la verdadera Historia de Colombia) Sánchez Gómez, hace el epilogo de la tragedia, mencionando en un apéndice de 7 hojitas lo que sucedió en el departamento comunero: en el “triángulo Puerto Wilches, San Vicente de Chucurí, Barranca bermeja”.

Y como casi todo llega tarde en el exilio, hasta ahora pude leer el sorprendente y extraordinario libro “viaje al interior de una gota de sangre”, merecidamente premiado y publicado en 2011, escrito por mi paisano comunero nacido en San Vicente de Chucurí Daniel Ferreira, un verdadero y prodigioso cernícalo infantil que sin saber leer con solo mirar a las personas adivina sus intenciones para caerles con su poderosa prosa y atormentarlas despedazándolas hasta la última gota de sangre, como lo hace con el alcohólico maestro de escuela de su aldea, quien antes de morir atravesado por la descarga de los narco-para-militares que masacraron a toda la florida población aldeana, en su atropellada agonía recuerda a su abuelo ( ¿Hermógenes Álvarez?) quien participó y murió en la “insurrección de los bolcheviques convocada por el comité central conspirativo colombiano” (CCCC o  mejor C 4 ) en julio de 1929, posiblemente (no será posible saberlo) en San Vicente de Chucurí; la que el historiador Sánchez Gómez había descrito35 años atrás de manera académica, no con la vigorosa literatura chucureña de Daniel Ferreira, de quien solo puedo decir después de haber leído “Los oficios inútiles y los bandoleros baladíes”, que está llamado a ser el mejor escritor colombiano en lo que va corrido de siglo.

 Ojalá el joven Ferreira siga contando al mundo asombrado y a su manera, la dura y cruel historia en campos y ciudades de los derrotados, desposeídos y masacrados colombianos; que la edulcorada y falsa versión de los dueños del Poder Contrainsurgente colombiano, ya tiene sus consagrados, tiernos y bucólicos ruiseñores, quienes describen sus lindas y bellas haciendas, o su suave, leve e inútil vida citadina.  

Imagen Internet:  Pedro Narváez.  Zapatero líder de la insurrección en Líbano julio 1929. 



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