¿Más allá del ombligo de Gina?



Por Miguel Ángel Herrera Zgaib 
Ex  Rector de Intervención Universidad Libre    

El 23 de julio, Gina Parody volvió a escribir, luego de la zaranda y rifirrafe con su exjefe Álvaro Uribe Vélez, antes que se surtiera el debate sobre la negociación de paz, que pasó su examen dos días antes.

Ahora al tablero pasó el tema del ranking de las universidades, y el lugar que las colombianas ocupan en América Latina, y el que no en el mundo. Previo a lo cual, el ministerio también divulgó su propio ranking, donde el primer lugar en materia de investigación lo ocupó la Universidad de los Andes, y el segundo la Nacho. Clasificación que en algún sentido fue respondida por la rectoría en cabeza de Ignacio Mantilla.

Las nuevas clasificaciones

La primera referencia es al ranking QS para América Latina. Aquí la Universidad de los Andes ocupó el 7 lugar, mientras la Nacional bajó al 13. Dentro de las 20 primeras, Gina recordó que Brasil se ranqueó 8, y Chile 4.

Al  invocar el orden de la clasificación de universidades de investigación en el mundo, el Shanghai, Colombia no aparece, Brasil tiene 6 de sus instituciones, y Chile cuenta con 2. Conviene aclarar que este ranking de Shangai cuenta con 500 cupos. Gina utiliza para ejemplificar mejorías internacionales, la primera medición que fue en 2003. Dice la articulista que a esa fecha China no tenía universidad alguna clasificada. Para 2015 cuenta con 9, dentro de las 200 mejores.

Otro país cercano en población al nuestro es Corea del Sur. Hoy ellos tienen 10 de sus universidades entre las 500 primeras en investigación. Bill Gates, testigo de cargo en esta causa propuesta por Gina, establece la metáfora del ombligo, para decir que "los occidentales nos miramos el ombligo", mientras que los adversarios en buena lid, provenientes del oriente se fijan, en cambio, en lo que pasa más allá.

La suerte del MIDE

Con la ambientación del Mide, el Modelo de Indicadores de Desempeño de la Educación Superior. La ministra dice que este modelo toma en consideración con más de 50.000 datos, 6 dimensiones específicas: desempeño estudiantil, situación egresados en su área y región, formación y producción docente, retención estudiantil, generación ingresos propios, e internacionalización, para determinar el desempeño de una universidad en Colombia.

Ella responde a que el inglés es "la lengua franca", y que por eso la indexación de producción lo toma en consideración, así como la internacionalización de la educación superior en Colombia.
Gina remata, desafiante, señalando que "Las universidades de talla mundial lo son porque se evalúan, se comparan y mejoran todos los días. No se miran el ombligo."

Entre Oriente y Occidente
No fue Antonio Gramsci el único que utilizó el contraste entre Oriente y Occidente. Antes Oswaldo Spengler al despuntar el siglo XX, divulgó su obra La decadencia de Occidente, y hace unos 20 años, el intelectual palestino, Edward Said escribió Orientalismo, para problematizar la lectura, el encasillamiento al que Occidente convencional somete a las otras civilizaciones.

La variación que tomó en cuenta Gramsci, para distinguir sobre el curso de la revolución a Rusia del resto de países, donde fracasó, fue, de modo notorio el estado de sus sociedades civiles.

Él dijo que la sociedad civil rusa, en el tiempo de los zares era gelatinosa, sujetos como estaban los rusos a la autocracia. Pero, en Occidente, donde había repúblicas y monarquías constitucionales la sociedad civil estaba relativamente desarrollada; dicho de otro modo, la sociedad burguesa, el sistema de necesidades a través del mercado funcionaba con mayor libertad entre los individuos, en concreto, la mercancía fuerza de trabajo circulaba, libre de la servidumbre, la esclavitud, y el despotismo oriental.

Por supuesto, China es un país socialista, y tiene colocadas varias universidades entre las mejores del mundo. ¿Qué lo ha hecho posible? Que ha desplegado una estrategia capitalista en territorios específicos bajo control del Estado, siendo Shanghai la cabeza de los mismos.

Corea del Sur a partir de los años 50 hizo otro tanto. Con un gobierno de corte autoritario, empezó por el hecho de inducir a la fuerza una suerte de reforma agraria, que liberó el mercado de la tierra, y tornó eficiente la agricultura. Dándole pasó, con inversiones estadounidenses cuantiosas, a una desigual, pero activa sociedad civil en lo que ante eran comunidades rurales, sujetas al divorcio entre terratenientes y campesinos sin tierra.

Los dos pegaditos

Brasil y Chile, bajo regímenes dictatoriales, los llamados autoritarismos burocráticos que dibujó Guillermo O’Donnell, reformaron el sistema universitario. En un caso, el de Brasil, dándole un espaldarazo a las universidades públicas, volcadas a la investigación, y separándolas del grueso de las instituciones, dotándolas de recursos e incentivos a los mejores estudiantes.

Y con un claro apoyo al denominado complejo industrial militar, bajo el reinado de "los generales golpistas", hicieron de ciertas regiones espacios universitarios competitivos hasta hace poquísimos años. Porque este edificio empezó a mostrar agrietamientos, y las protestas han invadido las calles de determinadas ciudades.

El caso de Chile, con Pinochet y el auxilio de los Chicago Boys, amamantados en la U. Católica de Chile, le dio impulso a una reforma elitista de la educación superior, centrada en el cinturón de universidades privadas, no públicas, como en Brasil; obtuvo capitales extranjeros incentivando el negocio de la educación pública convertida en mercancía de altos costos, y posicionó varias universidades en el mercado internacional.

Pero el precio de esta estrategia hace varios años que alimenta la más extensa protesta de estudiantes y maestros, desde la educación secundaria, la revolución de los pingüinos hasta los universitarios, con núcleo en las instituciones públicas, que organizadas protestas, y que llegaron en la pasada elección a llevar al congreso a cuatro dirigentes estudiantiles.

Hoy por hoy, Michelle Bachelet, caída en los índices de popularidad, tiene que darle curso a una reforma educativa que rescate un proyecto de educación pública aplastado en 1973, paralelo al bombardeo del Palacio de la Moneda.

Claro está, es tiempo de mirar más allá del ombligo neoliberal, manchado de sangre; y de la educación superior convertida en una mercancía que se compra y se vende local, nacional e internacionalmente. Se trata, en suma, de una revolución, precedida por una reforma intelectual y moral de gran calado.

Reforma  o Revolución

La reforma requiere de una "sacudida" en profundidad de la Universidad Nacional, en materia presupuestal, infraestructural y, por supuesto, académico-científica, y con ello conmover la red de universidades públicas y privadas. Para lo cual se requiere el concurso comprometido de la ciudadanía. Todo lo cual demanda una constituyente educativa, ilustrada de modo suficiente, y clara de los beneficios que derivará de esta revolución cultural detenida, bloqueada en el espacio-tiempo.

En este escenario, los 13 jóvenes, tres de ellos profesionales, en funciones, objeto de un proceso penal, por estos días, procedentes de dos universidades públicas, muestran la doble cara de una realidad por transformar, que significa, indudable, transformar a Colombia.

Para que no haya motivos de rebeldía, resistencia que nutran la protesta estudiantil y los tropeles, y que se pretenda darle a esta el fácil trato de "terrorismo", y encasillar estas vías de hecho, impidiéndole a los gobernantes ver el bosque habitado por el fantasma de las múltiples violencias estructurales.

Estas, para nada justifican ni impiden responsabilidades por el daño que cualquiera, gobernantes o gobernados, pueda infringir a sus congéneres. Y mucho menos, autorizan por más de una década, mantener ocultos los insultantes "cementerios bajo la luna", como el que por fin empieza a excavarse en las cercanías de la comuna 13 de Medellín, "fruto amargo" de la triste, execrable "Operación Orión", donde otros tantos jóvenes fueron acribillados, o víctimas de tiros de gracia.

Claro, se trata de mirar más allá del ombligo, repasar todo el cuerpo social, compuesto de una multitud de colombianos, que no merecen la "suerte" o el "destino" que sus supuestos dirigentes y gobernantes han impuesto a sus vidas.

Edición 457 – Semana del 31 de julio al 6 de agosto de 2015

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