Universidad del Tolima: Crónica de una crisis anunciada



ANTE LA PELIGROSA DERIVA DE LA UNIVERSIDAD
ASAMBLEA MULTIESTAMENTARIA PERMANENTE PARA RETOMAR EL RUMBO  DEMOCRÁTICO Y ACADÉMICO

La Universidad del Tolima atraviesa una etapa de adversidades sin precedentes en sus 70 años de historia: crisis financiera, crisis administrativa y crisis académica.

La crisis financiera se manifiesta en cuatro frentes:

1. Una deuda superior a $65.000.000.000 que la Gobernación del Tolima no quiere reconocer, y frente a la cual, la actual administración nunca tomó medidas jurídicas efectivas para cobrar.

2. Unas transferencias anuales de la Gobernación del Tolima que promedian $5.000.000.000, y que se encuentran sometidas a un serio litigio judicial, cuya defensa jurídica debió prepararse desde muchos años atrás.

3. Un crecimiento desbordado de la nómina administrativa cuyos costos ascienden a los $37.000.000.000 para 2015, y podría sobrepasar el costo de la nómina de profesores para este mismo año, lo que ya constituye un desfalco al patrimonio público de la UT.

4. Y un escenario de total incertidumbre frente a la financiación de la ampliación de la planta docente, la formalización laboral de “catedráticos”, el mejoramiento y ampliación de la infraestructura, y la dotación adecuada de bibliotecas, laboratorios y otros medios de enseñanza-aprendizaje. De hecho, los recursos del CREE y las transferencias inciertas de la gobernación se pretenden destinar al pago de un crédito de $30.000.000.000, y a otras inversiones improvisadas. Propuesta de la actual administración que nunca pasó por un debate de cara a la comunidad universitaria.  

La crisis administrativa se expresa en distintas áreas. 

1. Una desconcertante improvisación en la definición de competencias y procedimientos entre los casi 1.450 funcionarios administrativos que se vincularon en el 2014, entre los cuales se cuentan funcionarios de planta, provisionales, transitorios y OPS. Lo que efectivamente desconoce toda lógica organizacional e ignora el estudio técnico de la anterior administración, el cual recomendaba una nómina administrativa no superior a los 600 funcionarios. Por ello, empieza a tener pleno sentido la opinión de docentes, sindicalizados o no, que en su momento expresaron que las “actividades de un funcionario ahora se repartieron en dos”.

2. Una improvisación rayana en el desprecio por la optimización de los recursos públicos que se manifiesta en el fraccionamiento de los objetos contractuales, especialmente de suministros; y en la ausencia de “análisis de precios unitarios” e “ingeniería de detalle” de obras licitadas o no, y que debieron ser realizados por la propia administración, y por lo cual se presentaron y seguirán presentando sobrecostos y cantidades de adiciones de obras.

Y, 3. Un total desconocimiento de las necesarias reformas estatutarias y reglamentarias de la UT, las cuales habrían podido evitar el sistemático irrespeto a los derechos de los profesores de cátedra, profundizar la participación responsable de la comunidad en la construcción de su plan de desarrollo y PEI, e instalar de manera definitiva una mínima cultura de la transparencia y la gestión pública responsable para la provisión de cargos administrativos y la elección de las autoridades académicas. 

Y la crisis académica se puede evidenciar en cinco dimensiones.

1. La palmaria mediocridad de un PEI que se convirtió en tema de ridiculización entre expertos y docentes no especializados en el tema, los cuales advirtieron rápidamente la precariedad académica de ese importante instrumento de planificación de nuestras prácticas de saber.

2. El diseño tecnocrático y la aplicación arbitraria de un Plan de Desarrollo que, en lugar de facilitar la gobernabilidad y la profundización de la calidad académica, justificó retóricamente todo tipo de intervenciones de lo administrativo sobre lo académico, como la multiplicación incesante de formularios de control e instrumentos vacíos de evaluación de la calidad académica.

3. La propagación de programas de educación a distancia sin controles serios de calidad a lo largo y ancho del territorio nacional, los cuales no fueron revisados a fondo por la actual administración y, por el contrario, se siguieron ofertando sin ningún miramiento, tal como lo evidencia la crisis actual de los convenios suscritos con la Fundación San Martín, y que podría reeditarse con la UNIMINUTO. 

4. La sistemática destrucción de la legitimidad del CIARP, cuyas decisiones desestimularon la producción académica de muchos docentes nuevos y antiguos, a pesar de que ASPU en innumerables ocasiones recomendó reglamentar criterios de evaluación que se ajustaran a la realidad de los profesores. Vale anotar que nuestro número de publicaciones y volumen total de reconocimientos de puntajes salariales están muy por debajo de otras universidades regionales. Y finalmente,

5. La ausencia total de debate y argumentación académica de la dirección administrativa, pues lamentablemente no gozamos, en el gobierno universitario, de un equipo de trabajo cualificado que se destaque en la vida cultural y científica de la región o el país. Estos académicos son los que podrían, verdaderamente, desplegar la comprensión necesaria, los conceptos fundados, y el espíritu filosófico, ético y democrático que se requiere para desatar las fuerzas transformadoras de la UT. 

Las medidas de emergencia decididas por la administración de Muñoz Ñungo solo despiertan mayor confusión y disgusto entre la comunidad universitaria. ¿Quiénes hacen uso de “minibar" por cuenta de la UT cuando alguno de sus funcionarios se hospeda en hoteles? ¿Quién o quiénes han autorizado o efectuado “fiestas, agasajos, celebraciones o conmemoraciones” u otorgado “regalos con el presupuesto y recursos de la Universidad”?

El Plan de austeridad ordenado el pasado 22 de abril, además de evidenciar prácticas ajenas a una institución universitaria, carece de sentido de realidad al considerar que es el sector estudiantil y profesoral el generador de los sobre costos de la UT.

¿POR QUÉ NO SE DICE NADA EN DICHO PLAN DE AUSTERIDAD ACERCA DE LA SOBREDIMENSIONADA CONTRATACIÓN DE OPS QUE DE 57 EN 2012, PASÓ A 551 EN 2013, 635 EN 2014 Y 217 EN LO QUE VA DE 2015 SUMANDO MÁS DE 10 MIL MILLONES DE PESOS?

ATENDIENDO A LA CRISIS FINANCIERA, ADMINISTRATIVA Y ACADÉMICA GENERADA POR LA ACTUAL ADMINISTRACIÓN DE LA UT Y A LAS RESPUESTAS EQUÍVOCAS Y CONFUSAS DEL RECTOR  Y SU EQUIPO ASESOR, 
ASPU INVITA A ASAMBLEA MULTIESTAMENTALRIA PERMANENTE POR LA UNIVERSIDAD QUE QUEREMOS. SUMÉMONOS A ESTA OPORTUNIDAD HISTÓRICA PARA ASUMIR LOS DESTINOS DE LA UT

ASPU TOLIMA APOYA Y RESPALDA LA NEGOCIACIÓN ESTATAL, LA MOVILIZACIÓN DE LOS TRABAJADORES Y EL PLIEGO NACIONAL UNIFICADO.

ASPU TOLIMA APOYA Y RESPALDA EL PARO DE LA FACULTAD DE EDUCACIÓN

ASPU TOLIMA INVITA A TODOS LOS PROFESORES A LA RENDICIÓN DE CUENTAS DEL RECTOR EL PRÓXIMO LUNES 4 DE MAYO A LAS 10 AM EN EL AUDITORIO MAYOR DE LA ACADEMIA



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