CARTA ABIERTA AL RECTOR JOSÉ HERMAN MUÑOZ ÑUNGO


“SE REBOSÓ LA COPA”


Doctor
JOSÉ HERMAN MUÑOZ ÑUNGO
Rector
Universidad del Tolima

Apreciado doctor Muñoz:

Como es de su conocimiento desde el mes de septiembre del año 2012, quienes para esa fecha nos desempeñábamos como jefes de departamentos y no teníamos la condición de profesores de planta, fuimos nombrados para un nuevo cargo. En su momento, se argumentó que era necesario que los departamentos fuesen dirigidos por docentes de planta y que cada una de estas unidades académicas debería tener un profesional para realizar las labores administrativas.

Desde un comienzo, esta nueva situación laboral presento algunas irregularidades: el día de la posesión fuimos nombrados como coordinadores administrativos, días después fue necesario corregir las actas para precisar la denominación del  cargo. Transcurridos 20 meses, ahora se nos denomina profesionales de apoyo, sin embargo en las certificaciones expedidas por Relaciones Laborales se nos designa como Profesionales Universitarios grado 18.

En mi caso particular seguí desempeñándome como Director del Departamento, hasta los primeros días de marzo del 2013, cuando se nombró al primer director bajo las nuevas exigencias del cargo, es decir que fuese un profesor de planta. Transcurrido un poco más de un año, el Departamento de Ciencias Sociales y Jurídicas ha tenido tres nuevos directores, lo cual ha supuesto algún tipo de dificultad para lograr realizar el trabajo con mayor efectividad y poder asumir la diversidad de compromisos que supone dicha dirección. Por razones obvias, no hemos tenido la posibilidad de consolidar el trabajo en equipo que demanda la dirección de una unidad académica que debe responder entre otros, por la coordinación de un número significativo de profesores de planta y profesores catedráticos, que no solo prestan sus servicios a la facultad sino al resto de la Universidad.

Un segundo aspecto que me permito poner en su conocimiento y me parece muy desafortunado, tiene que ver con los rumores que por estos días se han acentuado en lo que respecta a  mis últimos problemas de salud. Mientras estuve hospitalizado durante 8 días, en la Facultad se rumoró que este servidor “se estaba inventando una enfermedad”. Poner en duda mi condición de salud y que podría estar utilizando este hecho para no sé qué propósito, me pareció profundamente irracional e infame. Quien se tome la molestia de revisar mi historia clínica podrá corroborar que los quebrantos de salud recientes no solo son ciertos, sino que lamentablemente están relacionados con problemas padecidos hace muchos años.

El tercer hecho que considero necesario darle a conocer es el relacionado con los reparos acerca de un concepto emitido por la dirección del Departamento sobre posibles homologaciones solicitadas por un estudiante de Sociología. Estos reparos que fueron hechos por el Consejo de la Facultad y el Comité Curricular de Sociología me preocupan ya que el concepto emitido se hizo no solo siguiendo los procedimientos que tradicionalmente hemos realizado, sino que están basados en la normatividad existente en la Universidad del Tolima.  Esta situación podría dar la sensación que estaríamos incurriendo en alguna falta u omisión, al darle al caso en mención, un supuesto trato preferencial o incurriendo en una extralimitación de funciones.

El cuarto punto que merece ser comentado, es el relacionado con los dos procesos disciplinarios abiertos en mi contra, en los cuales se cuestiona mi desempeño como Director del Departamento para el semestre B-2012 y en el ejercicio de mis funciones en el nuevo cargo para el año 2013. Los dos casos tienen que ver con la asignación de sobrecarga a docentes del Departamento. Para el primero se nos cuestiona por haberles asignado sobrecarga a los profesores ocasionales de tiempo completo, bajo el argumento que se violó el Acuerdo 092 de 1991, que solo contempla esta figura para profesores de planta. Apreciación que ignora que con la promulgación de la nueva Constitución Política de Colombia, todas las universidades se vieron en la necesidad de reestructurarse y formular sus nuevos estatutos (general, profesoral y estudiantil, entre otros). Igualmente se desconoce las diversas sentencias que sobre los derechos de los profesores ocasionales han emitido las Altas Cortes y el Consejo de Estado. Para el segundo caso, aun no conozco en detalle el cuestionamiento, solo me consta que he sido citado por la Oficina de Control Interno para rendir indagatoria.

Apreciado señor Rector, convertir la judicialización de los procesos administrativos y académicos, como el instrumento por excelencia, es a todas luces, una práctica que controvierte el espíritu y la razón de ser de las universidades. Es cierto, que éstas instituciones surgieron en la Baja Edad Media, pero justamente son un ejemplo que ha servido para no seguir identificando a este periodo de la historia  como una etapa de oscurantismo, del que solo se recuerda los diversos acontecimientos negativos para la humanidad. No deben ser las prácticas inquisidoras las que se asocien con dicho periodo, por el contrario, debemos tener presente que desde la aparición de las universidades, ellas han sido un espacio para la discusión, la controversia, el aprendizaje y por sobre todo, para el dialogo argumentado.

Por todo lo expresado hasta aquí, considero que “se rebosó la copa” y para mi caso particular, debo expresarle que me siento sin garantías laborales para ejercer mis funciones, además creo que estoy siendo, como muchos miembros de la comunidad universitaria objeto de un posible acoso laboral.

Por su atención le estoy altamente agradecido.



CESAR AUGUSTO FONSECA ARQUEZ
Profesional Universitario Grado 18
Profesor Catedrático
Departamento de Ciencias Sociales y Jurídicas

Copia: Relaciones Laborales – ASPU

Ibagué, 21 de mayo de 2014
 

Publicar un comentario

0 Comentarios