LA CALLE NO ES EL ESCENARIO: Un festival en declive y usurpado por la megaminería

| POR CENTRO DE ESTUDIOS KUMANDAY- CEK|

El Festival Internacional de Teatro de Manizales es una actividad artística que se realiza en la ciudad hace más de 30 años. Actualmente el festival se ha constituido en actividad referente para la identidad cultural y artística de la ciudad. Alberto Ligaluppi, director del centro teatral más grande de Iberoamérica ubicado en Argentina, afirmó recientemente que el Festival de Teatro es muy querido por ser el referente de un cambio en el continente y ser el más viejo y abandero (La Patria 1 de septiembre 2012). Sin embargo, en este festival en su última versión (XXXIV), se presenta una situación que es necesario advertir y develar, pues existen una serie de intereses económicos y privados que pretenden no solo restringir cada vez más el acceso a las actividades artísticas, sino hacer de ellas un instrumento eficaz para la legitimización de proyectos de tipo minero energéticos en la región.

Desde 1968, cuando se fundó el Instituto Nacional de Cultura (COLCUTURA) y con ello el fomento institucional y público a las actividades artísticas y culturales del país, empezó a realizarse el Festival de Teatro en Manizales. Inicialmente el festival era denominado Festival Latinoamericano de Teatro Universitario debido a su carácter independiente y creativo, brindado por la población estudiantil de la ciudad, en particular de la Universidad de Caldas. En sus primeras ediciones contó con la participación de Pablo Neruda, Miguel Ángel Asturias, Ernesto Sábato, Mario Vargas Llosa, entre otros intelectuales. Gradualmente el Festival se ha ido caracterizando por una trayectoria importante y permanente que lo han configurado como parte de la identidad cultural del municipio y un referente de las artes escénicas contemporáneas en Latinoamérica. En el 2004, el Festival fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación por el Congreso de la Republica. Aun así, y a pesar de estos reconocimientos y elegir como lema de su versión XXXIV la calle es el escenario, el Festival en los últimos años, se ha caracterizado por el mantenimiento, e incluso incremento, de los costos de las entradas para las presentaciones en sala y a su vez la disminución de las presentaciones callejeras y/o gratuitas, generando mayores restricciones para su acceso y disfrute por parte de poblaciones especificas como la estudiantil. Con ello el acceso al arte, fundamento de la democratización cultural inscrita constitucionalmente,  queda en entre dicho en una ciudad que se ufana de ser epicentro cultural, educativo y universitario de la región y el país. La realidad es que la calle no es el escenario.

Esta situación de restricción al acceso y disfrute del festival de teatro en su conjunto es la  expresión de la reducción gradual del presupuesto destinado por parte del Ministerio de Cultura a través del Programa Nacional de Concertación. Pero también evidencia el posicionamiento de una apuesta por el emprendimiento cultural donde se priorizan criterios de rentabilidad y de mercado en el escenario teatral. El presupuesto del Mincultura para este festival pasó de  $274 millones en 2011 a $238 millones en 2012 (La Patria 25 de marzo de 2012). Mientras el Estado va disminuyendo su participación en la actividad cultural, limitando en consecuencia la institucionalidad cultural, la empresa privada aumenta y posiciona su participación en este campo, permitiéndole condicionar y variar el carácter de apuestas como el Festival de Teatro.

Esta situación descrita se evidencia claramente en la actual versión del Festival de Teatro de la ciudad, pues corporaciones trasnacionales asociadas a la minería y los hidrocarburos lo patrocinan, resolviendo sus necesidades económicas provocadas por la ausencia estatal, y a su vez posicionando sus intereses económicos a través del arte. Hacemos referencia a Pacific Rubiales Energy (PRE) y la Gran Colombia Gold (GCG), quienes aparecen como los patrocinadores de la XXXIV versión del  Festival de Teatro. PRE desde el 2004 busca petróleo y gas en el país (1), y desde 2007 se instaló en El Dorado en Puerto Gaitán (Meta) para la explotación de petrolero. Desde el 2011 estalló allí un conflicto laboral con más de 13.000 trabajadores tercerizados en cooperativas debido a excesivas jornadas de trabajo, lo que ha generado amenazas de grupos paramilitares a los líderes de las protestas laborales. Además, existen una serie de investigaciones por irregularidades en el pago de tributo de rentas y ventas. Por su parte GCG (antes Medoro Resources), es una corporación transnacional de origen canadiense que adelanta una serie de proyectos mineros de oro y plata en el país, entre ellos,  uno en el municipio de Marmato (Caldas), donde se proyecta realizar explotación a cielo abierto para extraer más de 10 millones de onzas de oro, generando impactos ambientales y sociales irreversible.  A esta problemática también se le suma la relacionada con DDHH, pues se han presentado amenazas y asesinatos a los líderes sociales que se han opuesto a dicho proyecto, como es el asesinato del párroco Reinel Restrepo en septiembre del 2011. De esta manera los principales proyectos mineros y energéticos puestos en marcha en el país, no solo están asociados con graves impactos ambientales, sino con la violación a los DD HH y a procesos de despojo y desterritorialización.

Es por ello que dichas transnacionales recientemente han impulsado una estrategia publicitaria que pretende mostrar una imagen fresca, amigable, ecológica e incluso patriótica que minimice o cubra la gravedad de estas problemáticas sociales, ambientales y laborales. PRE recientemente gastó 3.500 millones de pesos en la realización del Festival del Retorno en Puerto Gaitán, así como 6.000 millones de pesos para convertirse en patrocinador oficial de la selección Colombia de futbol. Por su parte GCG ha emprendido la entrega de materiales educativos a las comunidades de Nariño, así como el patrocinio para publicación del libro Aves de Colombia. Con todas estas acciones las trasnacionales buscan mejorar su imagen corporativa y legitimar sus intereses económicos, ocultando mediáticamente la violación a los DD HH y los procesos de impacto ambiental y de despojo en las comunidades.

En este marco hay que ubicar y comprender el auspicio de PRE y GCG al Festival Internacional de Teatro de Manizales, donde aparecen las artes escénicas y una tradición cultural en la ciudad, como un instrumento eficaz para legitimar los intereses económicos de trasnacionales y a su vez un modelo de desarrollo  basado en el extractivismo y el despojo. La extensión de la programación del festival hacia el municipio de Marmato no es con el propósito de implementar la descentralización cultural, sino precisamente para “ganarse” a la comunidad “comprando conciencias” y obtener así la licencia social. Las actividades culturales y artísticas tradicionales en la ciudad y en la región aparecen entonces usurpadas por las corporaciones trasnacionales y su gran musculo financiero. En consecuencia, el Festival de Teatro de Manizales al aceptar como patrocinadores a estas trasnacionales del despojo se hace cómplice de sus intensiones que van en detrimento del interés de las comunidades de la región y el país.

Queremos un Festival Internacional de Teatro de Manizales apoyado por las instituciones del Estado, donde la calle, entendido como el espacio público soporte de las actividades ciudadanas no privadas, sea realmente el escenario y donde su devenir esté determinado bajo criterios de democratización y descentralización cultural. Un Festival autentico, autónomo y ajeno de las pretensiones de trasnacionales mineras que vienen dejando a su paso el despojo y la miseria. Desde el Centro de Estudios Kumanday (CEK) nos duele lo que sucede con la montaña así como un Festival de Teatro tan tradicional en la ciudad y el país. Por eso invitamos a estudiantes, gestores culturales, educadores, actores, artistas, ambientalistas y la comunidad en general a la crítica, la manifestación y la movilización en contra del arte como instrumento para legitimar proyectos macroeconómicao contrarios al interés general, del mismo modo convocamos a  una férrea defensa del territorio y la vida, así como del arte como actividad creativa, altruista y soberana.

Manizales, Septiembre del 2012

NOTAS:

(1) Su portafolio se extiende a exploración y explotación de carbón, oro, hierro, acero, producción de energía y cultivos de caucho y palma de aceite, así como a los medios de comunicación a través del 19% del canal Cablenoticas (El Espectador 24 de marzo del 2012)

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